El rebusque diario
Dejando atrás un sinnúmero de vivencias, Jholwyn y Jesús deciden cruzar la frontera que divide Venezuela de Colombia, con el sumo deseo de encontrar una mejor calidad de vida. Como más de 1'742.927 personas de nacionalidad venezolana, que según cifras reveladas por Migración Colombia han llegado al país hasta enero del presente año, ambos jóvenes demuestran la determinación, valentía y riesgo que se toma al salir como migrantes.
Tras cuatro días tediosos de viaje en bus, Jholwyn por fin llega a Ibagué - Colombia, dejando a su familia en Anzoátegui, Puerto de la Cruz. La crisis económica que ha vivido Venezuela a lo largo de los últimos años, durante el mandato de Nicolás Maduro, obligó a este joven a salir en busca de oportunidades, contando con las habilidades y profesionalismo de un chef, pero sin la documentación legal que se exige para llegar a un nuevo país.
Ibagué fue el territorio que recibió a Jholwyn tras su cruzada por la frontera. “Llegué a Ibagué porque tengo un primo que tiene 5 años viviendo acá”, comentó el joven y además aseguró que se siente afortunado de haber llegado a una ciudad como Ibagué, principalmente por la calidad de personas que allí habitan. El aprendizaje que ha adquirido a lo largo de los meses que lleva viviendo en Colombia, asegura que se lo debe a la jefa de su actual trabajo, junto con su familia y a las personas que han llegado a su vida, que de alguna u otra manera le han enseñado la realidad del mundo.
No fueron más de cuatro días lo que Jholwyn tardó en conseguir empleo en la ciudad. “Muchas de las personas miembros de mi familia que se encuentran acá me ayudaron e influenciaron para conseguir empleo y organizarme”, comenta. Actualmente aun así, tras los altos índices que registra el país de desempleo para jóvenes colombianos, Jholwyn cuenta con un trabajo sólido como mesero, se encuentra en proceso de legalización de estadía y papeles y asegura que económicamente vive estable. Su día a día se basa en aprender, atender los clientes del restaurante y seguir trabajando fuertemente por algún día alcanzar todos sus sueños a futuro.
Foto de Jholwyn Rondón trabajando - Tomada por Steven Caycedo.
La misma ciudad, reconocida como la capital de la música en Colombia, fue también la que acogió a Jesús Gaviria, quien a sus 20 años dejó su país natal. Las largas horas de viaje por carretera eran la única esperanza que tenía este joven por encontrar un mejor futuro. A diferencia de Jholwyn, Jesús llegó al país legalmente, con únicamente una mochila y un par de zapatos, que según él asegura, fueron suficiente para alcanzar lo que es hoy en día.
El beneficio, como lo asegura Jesús, de llegar de Venezuela a un apartamento en una ciudad de Colombia que ya se conoce, no lo tiene cualquier migrante. Pero la suerte con la que contaba este joven no duró mucho. Tras 15 días de permanecer en la casa, sin conseguir empleo, Jesús decidió salir hacia el centro. Tomó la buseta desde Miramar hasta la 15 con 3ra. Decidió bajarse y caminar un poco hasta la 14, al ver que estaba cerca de su casa, sin imaginar que esta podría haber sido una muy mala decisión.
“Me robaron en la famosa vuelta al chivo, me dieron tres puñaladas ahí, esa fue la bienvenida que me dieron” contó Jesús y fue desde entonces que este joven abrió los ojos y se dio cuenta que se encontraba en un nuevo día a día. “En Venezuela se ve la violencia, los ladrones, el vicio, pero no de la manera en como se ve acá en Colombia”.
Tras un año de estar radicado en Colombia, Jesús consiguió trabajo en la librería Duvander, en el centro comercial Yulima y fueron dos años los que laboró satisfactoriamente. Luego del impacto que tuvo la pandemia en las personas, su vida dio un giro de 190°, encaminando a Jesús al trabajo dentro de una barbería. “Un amigo que trabaja actualmente en una barbería, recién empezó la pandemia, me motivó diciéndome que tenía valor y que ya que no había camello me dedicara a ser barbero, que en eso nos iba bien” dijo, y fueron esas palabras las que condujeron a Jesús a vender una cadena de oro y unas cosas más de uso personal, para así comprar la máquina y hacer el curso, de aquello que lo empoderaría dentro de la ciudad. Actualmente, luego de dos años de trabajar como barbero, Jesús asegura que se encuentra estable económicamente y que son muchos los jóvenes que a diario lo frecuentan para contar con sus servicios y talento que fue adquiriendo a lo largo de los días, meses y años de trabajo.
Foto de Jesús Gaviria trabajando - Tomada por Steven Caycedo.
El día a día es muy agotador. La disciplina, constancia y esfuerzo son puntos clave para desenvolverse y salir adelante en lo que se quiere ser. Aseguran ambas voces que Ibagué es una ciudad bastante acogedora y admirable, que el transporte, el clima y su gente son aquello que impulsaron la estadía y el amaño de estos y muchos más migrantes en la capital del Tolima.
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